Estado Mundial de la Infancia 2007: “La mujer y la infancia: el doble dividendo de la igualdad de género”

Eliminar la discriminación entre los géneros y promover la autonomía de la mujer tendrá consecuencias profundas y positivas sobre la supervivencia y el bienestar de la infancia, según un nuevo informe de UNICEF publicado en el año del 60º aniversario de la organización.

La igualdad entre los géneros produce un “doble dividendo” al beneficiar a la mujer y a la infancia, y es decisiva para la salud y el desarrollo de las familias, las comunidades y los países, según el Estado Mundial de la Infancia 2007.

La influencia de la mujer en las decisiones clave mejora sus vidas y tiene un efecto positivo en el bienestar y el desarrollo de la infancia pero, a pesar de los progresos en la situación de la mujer logrados en las últimas décadas, la discriminación, la falta de autonomía y la pobreza ensombrecen las vidas de millones de niñas y de mujeres.

El VIH/SIDA afecta de una forma desproporcionada a las niñas y las mujeres, y en muchos lugares estas últimas ganan menos dinero que los hombres por realizar el mismo trabajo. Millones de mujeres en todo el mundo están sometidas a la violencia física y sexual, y tienen muy pocos recursos para acudir a la justicia. Como resultado de la discriminación, las niñas tienen menos probabilidades de acudir a la escuela; casi una de cada cinco niñas que se matriculan en la escuela primaria en los países en desarrollo no termina su educación primaria. Los niveles de enseñanza de las mujeres tienen una relación directa con la mejora en los indicadores de supervivencia y desarrollo de la infancia, según el informe.

Una hoja de ruta hacia la igualdad entre los géneros

El Estado Mundial de la Infancia 2007 presenta siete hitos importantes en el camino hacia la igualdad entre los géneros:

Educación: Entre las medidas fundamentales están la abolición de los costos escolares y alentar a los progenitores y comunidades a invertir en la educación de las niñas.

Financiación: En general, no se ha prestado la debida atención a los recursos necesarios para lograr la igualdad entre los géneros y promover la autonomía de la mujer. La inversión para eliminar la discriminación de género debe estar integrada con los presupuestos y planes del gobierno.

Legislación: Las reformas legislativas nacionales en la ley de la propiedad y la sucesión deben situar a la mujer en un plano de igualdad, junto a las medidas y respuestas para evitar la violencia doméstica y la violencia de género en los conflictos.

Cuotas legislativas: Las cuotas son un método eficaz para garantizar que las mujeres participen en la política. De los 20 países del mundo que tienen más mujeres en el parlamento, 17 utilizan algún tipo de sistema de cuotas.

Promoción de la autonomía de la mujer por parte de otras mujeres: Los movimientos de base de mujeres han sido grandes defensores de la igualdad y la autonomía, y deben participar en las primeras etapas de la preparación de las políticas, con el fin de que los programas estén diseñados teniendo en cuenta las necesidades de las mujeres y la infancia.

Comprometer a hombres y niños: Educar a los hombres y los niños y a las mujeres y las niñas sobre las ventajas de la igualdad entre los géneros y la toma conjunta de decisiones puede contribuir a fomentar unas relaciones de mayor cooperación.

Mejores investigaciones y datos: Se necesitan datos y análisis de mayor calidad, especialmente en temas como la mortalidad derivada de la maternidad, la violencia contra la mujer, la educación, el empleo, los salarios, el trabajo doméstico no remunerado, el uso del tiempo y la participación en política.

La ausencia de poder de decisión en el hogar

El informe llega a la conclusión de que las mujeres no siempre tienen el mismo poder para tomar decisiones domésticas fundamentales, lo que puede tener consecuencias negativas sobre la infancia. En solamente 10 de los 30 países en desarrollo que se incluyeron en un estudio, la mitad o más de las mujeres participaban en todas las decisiones domésticas, entre ellas las que se referían a los principales gastos domésticos, su propia atención de la salud y las visitas a los amigos o parientes fuera del hogar.

La capacidad de las mujeres para controlar sus propias vidas y tomar decisiones que afectan a sus familias está estrechamente vinculada a la nutrición, la salud y la educación de la infancia, según el informe. En las familias donde las mujeres desempeñan un papel decisivo a la hora de tomar decisiones, la proporción de los recursos dedicados a los niños y niñas es mucho mayor que en los hogares donde la mujer desempeña un papel menos decisivo.

Según un estudio llevado a cabo por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria, si los hombres y las mujeres tuviesen la misma influencia en la toma de decisiones, la incidencia de bajo peso entre los niños y niñas menores de tres años en Asia meridional descendería hasta 13 puntos porcentuales, lo que significaría 13,4 millones menos de niños y niñas desnutridos en la región; en África subsahariana, otros 1,7 millones de niños y niñas estarían adecuadamente alimentados.

Diferencia en los ingresos

Debido a que los ingresos que percibe la mujer pueden representar beneficios para la infancia, la diferencia por motivos de género en los ingresos suelen reducir o limitar los recursos disponibles para satisfacer los derechos de la infancia, como la atención de la salud, la nutrición adecuada y la educación.

Cálculos basados en las diferencias salariales y la participación en la fuerza laboral sugieren que los ingresos procedentes de actividades económicas de las mujeres representan cerca de un 30% del de los hombres en los países objeto de estudio de Oriente Medio y África septentrional, cerca de un 40% en América Latina y Asia meridional, un 50% en África subsahariana y cerca de un 60% en ECE/CEI, Asia oriental y los países industrializados, indica el informe.

La esfera política

El aumento en la participación de la mujer en la esfera política puede también tener unas consecuencias positivas sobre el bienestar de la infancia. Cada vez hay más datos procedentes de los países industrializados y en desarrollo que indican que las mujeres que participan en la política son promotoras especialmente eficaces de la infancia. Sin embargo, hasta julio de 2006, el número de parlamentarias en todo el mundo era solamente de un 17%.

Anders B. Johnsson, Secretario General de la Unión Interparlamentaria, dijo al comentar el informe: “Hay vínculos muy claros entre la representación política de la mujer y el bienestar de la infancia. El informe Estado Mundial de la Infancia, que es el punto de referencia mundial sobre todos los temas relacionados con la infancia y un material de consulta fundamental para todos nosotros, demuestra de varias formas este punto fundamental”.

Clave para una sociedad fuerte

Los beneficios de la igualdad entre los géneros van más allá de sus repercusiones directas sobre la infancia. El Estado Mundial de la Infancia demuestra que promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer –el Objetivo de Desarrollo del Milenio número 3– impulsará todos los demás objetivos, desde reducir la pobreza y el hambre hasta salvar las vidas infantiles, desde mejorar la salud de las madres hasta asegurar la educación universal, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, y asegurar la sostenibilidad del medio ambiente.

El informe completo puede consultarse en:
www.unicef.org/spanish/sowc07/

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