Esta aberración de los jueces Horacio Piombo y Ramón Sal Llargués no es sólo jurídica sino también humana y moral, porque están castigando a un niño que nadie sabe si está recibiendo algún tipo de contención. Además, nadie nos garantiza que este hombre, Mario Tolosa, vuelva a cometer un hecho similar con este mismo niño o con cualquier otro.
Es un fallo machista, retrógrado y fundamentalmente clasista, porque este niño es un chico humilde que vive con su abuela y que tiene a su padre preso. La idea que tenemos desde el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño es acompañar a la familia. Además, hemos pedido a las autoridades de Provincia y Nación protección para este niño para que pueda vivir lo mejor posible. Para esto es necesario que las autoridades contribuyan a sacarle el estigma que lleva encima.
¿Con qué autoridad se puede decir que este chiquito es gay? Y si lo fuera, ¿cuál sería el problema? Con este tipo de fallos se abre el juego para que lo violen porque es gay. Es un fallo discriminatorio que le puede hacer mucho daño psíquico y moral a la criatura.
Fuente: Diario Tiempo Argentino (19/05/2015)