Discuten una nueva Ley penal juvenil para el país

La reflexión surgió tras un encuentro entre representantes de organismos de infancia que confiaron en la posibilidad de dar un debate a nivel nacional para reformar la ley de justicia penal juvenil, y se basan en la experiencia que comenzó a desarrollarse en territorio bonaerense.

“Si la provincia de Buenos Aires, que es el distrito más grande del país, lo logró, también puede lograrse a nivel nacional”, aseguró Nora Schulman, titular del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN).

Y consideró que la discusión se pondrá en marcha este año, ya que “hay varios proyectos en el Congreso de la Nación, incluso uno del Ejecutivo que es bueno, y que con un buen tratamiento modificaría todo el sistema”.

UNIVERSIDAD DEL CRIMEN

En tanto, el representante regional de Unicef, Nils Kastberg, advirtió que “esta ley de justicia penal es en realidad un reducto de la dictadura militar, es tutelar y asistenrialista, no da una perspectiva de derecho y no toma al adolescente como un ciudadano”, afirmó, y sostuvo que “los adultos se preocupan más por ellos mismos que por los chicos”.

En este sentido dijo que “la cárcel es como la universidad del crimen para niños y adolescentes” y agregó que “encima de las violaciones y ese tipo de acciones, se establecen vínculos y relaciones que van a perdurar de por vida, y que enrumban a los adolescentes hacia un espacio no deseado, a lo que hay que sumar que es pagado y subvencionado por cada ciudadano”.

Según Kattberg, “ese mensaje tiene que ser más fuerte que el de ‘métanlo detrás de una reja’. ¿Para qué, para que entren y luego generen más inseguridad?”, se preguntó.

Asimismo, manifestó que la “Argentina está entre los peores países del mundo en lo que es protección del adolescente en el contexto de justicia penal, o sea no tienen abogados y hay muchos casos en que ni siquiera se les imputan los cargos”.

Por su parte, Schulman, dijo que el último estudio reveló que el 70 por ciento de los presos provienen de un instituto de menores de edad o al menos pasaron en algún momento por ellos.

“A veces es mejor que estén afuera que adentro”, opinó la especialista y propuso otras alternativas educativas para evitar la cárcel: “Podrían pintar una escuela o hacer una reparación a la víctima, hay muchas propuestas que no son privativas de la libertad”.

Fuente: La Prensa (29/08/2008)

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