Durante 1990, en el país murieron 17.348 niños menores de un año (que es la franja que mide el trabajo de la organización), mientras que en 2006 los fallecimientos fueron 8903. De esa forma, en el primer año de la década del ’90 la tasa de mortalidad infantil fue de 25,6 por mil y el año pasado llegó a 12,9 por mil.
Así, la Argentina logró una reducción de 49,6 por ciento, mientras el promedio mundial indica una disminución del 23 por ciento. En ese sentido, el ministro de Salud, Ginés González García, señaló que “ahora, la meta es bajar la tasa de mortalidad a un dígito en 2010”. Y agregó: “Es el tramo más difícil, ya que se trata en gran medida de problemas congénitos, como las cardiopatías. Para eso estamos trabajando en las instituciones, en las terapias intensivas pediátricas y en los servicios de cirugía cardiovascular regionales”.
El ministro realizó estas declaraciones durante la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa), que se realizó en la sede de la cartera que dirige, y contó con la presencia de ministros y secretarios de Salud de todo el país. Allí también resaltó que la cantidad de muertes por cada mil niños viene “bajando desde 2002, cuando había una tasa del mortalidad al año de 14,8 por mil”, frente a la de “12,9” a que se llegó al año pasado. “Es el descenso de esa tasa más brusco de la historia”, remarcó.
El informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló que la reducción del número de muertes infantiles en todo el mundo fue de 23 por ciento entre 1990 y 2006. Mientras el año pasado murieron 9,7 millones de niños menores de 5 años, en 1990 habían fallecido casi 13 millones. De esa forma, los decesos de chicos pequeños quedaron por debajo de los diez millones por primera vez desde que la organización internacional comenzó a registrar los datos sobre este tema, en 1960. La región de América latina y el Caribe estuvo entre las que más mejoró.
Fuente: Página/12 – Sociedad (15/09/2007)