EN EL INICIO DEL JUICIO A RELIGIOSO POR ABUSO, EL TRIBUNAL RECHAZO PEDIDO DE LA DEFENSA

“La Justicia aceptó los `amicus`, que son documentos realizados por organizaciones, en este caso de defensa de derechos de niñas, niños y adolescentes, que expresan sus opiniones ante el tribunal y que la defensa había objetado ayer”, informó Sebastián Quattromo, uno de los denunciantes.

De esta manera, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº8 determinó que tendrá en cuenta los documentos enviados por el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN), el Colectivo de los Derechos de Infancia y Adolescencia, la Asociación por los Derechos Civiles, entre otras organizaciones.

Además de la objeción de los amicus, ayer la defensa solicitó postergar el inicio del debate porque no había leído “las conclusiones de las pericias psicológicas” que se le realizaron hace una semana a Sebastián y al otro denunciante, quien prefiere reservar su identidad.

En el inicio de la jornada, tras la lectura de los cargos, el tribunal integrado por Rodolfo Madariaga, Alejandro Sañudo y Ricardo Basílica dio a Picciochi la posibilidad de dar su testimonio, lo que fue rechazado por el ex religioso.

En su lugar, se leyeron las declaraciones que el imputado había realizado en dos oportunidades durante la etapa de instrucción del juicio en las cuales negaba los hechos.

Diego Freedman, el abogado de Cuattromo, explicó que “el delito que se le imputa a Picciochi es corrupción de menores porque en derecho penal se toma el código vigente al momento de cometerse los hechos”.

El letrado, quien integra la comisión que se especializa en abuso infantil del Patrocinio Gratuito de la Facultad de Derecho de la UBA, indicó que “las penas por corrupción de menores pueden llegar hasta los 15 años de prisión y nosotros estamos esperanzados en que se llegará a esos años por tratarse de más de un caso”.

Además de los testimonios de los denunciantes, la querella presentará como testigos a otras dos personas que habían sido abusadas por Picciochi pero que nunca se animaron a denunciarlo ante la justicia.

Los hechos que se le imputan a Picciochi se produjeron en 1989, cuando Sebastián y los otros chicos, que por entonces tenían 13 años, cursaban su séptimo grado en el Colegio Marianista ubicado en el barrio porteño de Caballito.

En su declaración, realizada luego de la del otro denunciante, Sebastián describió los hechos de abuso que sucedieron en la colonia de verano que el Instituto Marianista tiene en la localidad cordobesa de Casa Grande y otras situaciones similares que ocurrieron en el colegio en Buenos Aires.

El juicio continuará mañana a partir de las 11 con la segunda parte del testimonio de Sebastián.

Cuattromo y la otra víctima se presentaron ante la justicia en el año 2000 y en septiembre de ese año el religioso, que ya había dejado los hábitos, fue procesado en primera instancia.

Picciochi apeló la sentencia que fue ratificada por la cámara en octubre y cuando lo fueron a detener no se encontraba en su domicilio por lo que se libró una orden de captura nacional e internacional.

“En 2001 una comunicación de Interpol notificó que estaba en Estados Unidos. Al no haber noticias, tres años después me acerqué a Interpol donde me informaron que el juzgado no había completado un formulario para la extradición”, recordó Cuattromo a Télam.

Fuente: Agencia Télam (22/08/12)

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