Schulman pide cambio cultural por el respeto a los Derechos de la Niñez

“Hace falta un cambio cultural en todo el país para hacer cumplir la ley”, dijo a Télam la directora ejecutiva del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (Casacidn), Nora Schulman.

La especialista cuestionó que en algunos distritos se adapte la terminología pero no se aplique cabalmente el espíritu de la norma, y señaló que “las políticas públicas porteñas de infancia son muy deficientes”.

“Está costando a nivel cultural que la gente entienda que esta Ley es un cambio de paradigma, que hay que hacer una lectura diferente con más respeto por la dignidad de los chicos”, afirmó Schulman, referente a la temática infancia.

La ley (26.061) fue sancionada y promulgada en 2006 y en líneas generales colocó al niño como sujeto de derecho dándole importancia a su voz y anulando la vieja ley de Patronato, donde la suerte de los chicos era determinada exclusivamente por adultos.

-¿Cuáles fueron los cambios que se produjeron durante estos años? – En políticas nacionales hubo cambios importantes, especialmente a nivel legislativo donde, a partir de esta ley se generaron otras o se modificaron las existentes. Por ejemplo, la nueva Ley de Educación tiene un claro enfoque en relación al respeto por los derechos de los chicos, también la promulgación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, los cambios en los códigos procesales, e inclusive leyes específicas como la de la trata que, si bien ha tenido muchas críticas en cuanto a género, ha representado un avance en relación a la infancia.

-¿Y las continuidades? – A nivel nacional el problema es que, si bien hay legislación adecuada en casi todas las provincias, los organismos administrativos no están en consonancia con la legislación. En las provincias continúan los viejos esquemas con cambios de nombres, a veces son los mismos referentes incluso. Y esto no se trata de un cambio de denominación, sino de una cuestión más profunda que tiene que con un cambio de ideología.

-¿Qué pasa con la sociedad? – Ahí tenemos otro problema. Está costando a nivel cultural que la gente entienda que esto es un cambio de paradigma, que hay que hacer una lectura diferente con más respeto por la dignidad de los chicos. Si bien hay un discurso más adecuado, el común de la gente no sepa de qué estamos hablando, sigue siendo como un tema de especialistas. Entonces cuando surge un tema de violación de derechos, los periodistas por ejemplo no saben cómo abordarlo o, la mayoría de las veces, lo abordan mal. Entonces se desvirtúa todo el trabajo que uno viene haciendo en torno al lugar que ocupan los chicos y chicas en la sociedad.

-¿Cuáles son los derechos más vulnerados de los chicos? – Creo que el de la participación, el de ser oídos. Creo que la situación del país hizo que se paliara un poco la urgencia, pero la cuestión de darle lugar a la participación sigue siendo escasa o nula. Esto tiene que ver con el tema del cambio cultural que hablábamos antes. ¿Cómo se entiende que habiendo una ley que dice que a partir de los 14 años los chicos tienen que se informados sobre educación sexual en algunos hospitales públicos no son atendidos porque no van con la madre? Con el embarazo adolescente también hay malos tratos. Ni hablar de una niña que está embarazada producto de una violación, de hecho todavía estamos discutiendo si aplicar el aborto terapéutico o no, y nadie asume la responsabilidad, el tema se dilata y para cuando se define ya es tarde. Falta entonces articulación entre lo legislativo, que es bueno y suficiente y la práctica cotidiana, tanto de las instituciones del Estado en sus distintos niveles, como de las organizaciones y de la sociedad civil en general.

-¿Cómo es la situación en la Ciudad de Buenos Aires? -La política general de la Ciudad en cuanto a infancia fue y es muy deficiente. El cierre durante mucho tiempo de espacios como Puerto Pibes, donde los chicos podían ir a recrearse, del CAINA, un lugar que resultó vital para niños en situación de calle, y de paradores; a la vez que el mayor apoyo a instituciones que no tienen un enfoque de derechos; la desatención de chicos con problemas de salud mental, son sólo algunos ejemplos. Los chicos en situación de calle no tienen dónde ir ahora. La única política más coherente son los Centros de Primera Infancia (CPI) que, si bien son pocos, hay satisfacción entre las personas que asisten, los vamos a estar monitoreando a ver qué pasa.

-¿Cómo está trabajando el Consejo de Derechos porteño? -El Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que es el organismo del Gobierno porteño responsable de promover y proteger el cumplimiento de los derechos de todos los chicos y chicas, tuvo una gestión desastrosa durante el tiempo que estuvo a cargo de Beatriz Orlowski de Amadeo. Se tradujo en la desatención total de los chicos. Pasaron cosas como, por ejemplo, que se le venció un plazo para ir a declarar en un juicio por víctimas de trata, rescindió el contrato con varias ONG, hubo más institucionalización en hogares de la Ciudad, las medidas excepcionales se tomaron como medidas cotidianas, se retiraron los operadores de calle del Consejo, es decir, se cayó toda una estructura que, aunque con sus fallas, venía funcionando.

Otro ejemplo fue la disolución del plenario, que era un espacio donde participaban las ONG, la universidad y el Estado en donde uno podía opinar. Para darte una idea de hasta qué nivel de ridiculez llegaron, en un momento querían actualizar la página web del consejo y copiaron una página de una institución de salud privada de Estados Unidos, el punto fue que decía que los niños debían desayunar con “fresas” y al menos una porción de “queso Cheddar”. Era totalmente delirante. Todos estos hechos fueron deteriorando al Consejo, a su personal. Esta mujer renunció o la renunciaron el 10 de diciembre. Vamos a ver qué pasa.

Fuente: TELAM (20/02/2012)

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