“Desde que nos metimos con el caso Grassi, sufrimos difamaciones”

“Después de que intervinimos en el caso Grassi (condenado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores) empezaron las difamaciones y las amenazas; en 2008 ya estábamos cercanos a las víctimas y comenzaron a acusarnos de defender pedófilos y de usar la plata del Comité para pagar abogados”, dijo a Télam Nora Schulman, directora ejecutiva del organismo con una larga trayectoria en la promoción y defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

El Casacidn es una coalición de unas 25 organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil que trabaja desde 1991 en la promoción de los derechos de la niñez y adolescencia en Argentina a través de la capacitación, sensibilización, denuncia y vigilancia del cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN).

Presidido por Estela de Carlotto, el organismo es el encargado de monitorear las políticas públicas para que sean coincidentes con la CIDN y la ley nacional 26.061, de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.

“Nosotros recibimos muchas denuncias que en general derivamos, porque somos más un órgano de incidencia política; pero en algunos casos, que son paradigmáticos, intervenimos directamente y nos presentamos como querellantes o amicus”, explicó Schulman.

En este sentido, la directora del Casacidn contó que en la causa contra Grassi decidieron intervenir en defensa de las víctimas, y recordó que durante el largo proceso “en diversos sitios de Internet se describía mi casa, los hábitos de mi marido, estábamos vigilados por la mafia que rodeaba al cura”, aunque “nunca pudimos comprobar quién subía las cosas”.

Schulman manifestó que durante los años previos al juicio oral de 2009, tanto ella como el Casacidn sufrieron “un gran desprestigio”.

“Por suerte la gente que nos conoce no hizo caso a estas informaciones falsas que circulaban, pero de todos modos tuvimos una reunión con las autoridades de Google el año pasado para que se retiren estas difamaciones de los buscadores, pero nos dijeron que eso no está controlado y que no podían hacer nada”, recordó.

La directora del Casacidn afirmó que “hasta hace dos años el cura (Grassi) tuvo una página de Internet que decía de todo sobre nosotros; aunque eso ya no esté, cada vez que alguien nos busque en un buscador puede aparecer cualquier cosa, y eso nos hace mucho daño”, consideró Schulman.

Por su parte Adriana Granica, coordinadora del área jurídica del CASACIDN, recordó que “intervenían artículos con nuestros nombres, intercalaban las difamaciones en medio de datos verídicos; desde que nos metimos con el tema Grassi, más o menos en 2007, recibimos todo tipo de asedios por Internet”, manifestó.

Granica contó que los llamaban “pedófilos” y que “se inventaron un blog donde aparecían fotos que nos incriminaban”.

“Esta campaña de difamación por Internet nos afectó mucho, se la agarraron con el organismo porque sostenía la veracidad del testimonio de las víctimas en contra de Grassi y por eso trataban de desacreditarnos”, explicó.

La psicóloga y abogada consideró que “debemos seguir luchando para que saquen lo que está hoy en Internet, que se reproduce por cualquier página; no puede ser que estemos expuestos a que cualquiera que busque nuestros nombres encuentre cualquier barbaridad”.

“Cada vez que la causa contra Grassi subía de tono y había posibilidades de condena, sus defensores subían más de estas cosas; hoy terminó el proceso en su contra y él está preso, pero a nosotros nos sigue quedando este remanente de la difamación en Internet”, dijo.

Fuente: TELAM (30/09/13)

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