El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, intervino ayer la Fundación Felices los Niños, después de que un miembro de esa Fundación denunciara que, aun desde el penal de Campana donde se encuentra detenido por abuso sexual, el cura Julio César Grassi desviaba las donaciones recibidas por Felices los Niños, gracias a gozar de condiciones extraordinarias en su privación de la libertad. Además, la jefa del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), Florencia Piermarini, apartó de modo “preventivo” a Raúl Garnica, director de la Unidad Penal 41, donde se encuentra Grassi, y a donde el sacerdote supuestamente desviaba las donaciones. La medida se adoptó para “garantizar la transparencia de la investigación”. Por su parte, el abogado del joven abusado por Grassi anunció que pedirá a la Justicia “que cambien a Grassi de prisión y lo alojen en un pabellón de presos comunes”.
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